El Gran Apagón de Chile

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Era mediodía cuando estaba en mi hotel. Preparaba mi mochila para salir y hacer una caminata. Quería tomar unas fotos en Santiago antes de viajar por Patagonia en unos días.

Me estaba quedando en el Barrio Dieciocho, cerca de La Moneda, el palacio presidencial en el centro de Santiago. Mi habitación no tenía ventanas. No luz natural. Solo un foco que pronto me dejaría en la oscuridad al escuchar un "click" pesado y extraño, seguido por el sonido del ventilador relajandose y llegando a un alto. Silencio, de la naturaleza sin zumbido.

Bajé para confirmar que se haya ido la luz en el hotel. "Probablemente algo local", me decía, empezando mi caminata por la ciudad con mi cámara colgada de mi hombro.

Primeras impresiones

Lo primero que noté fue que no funcionaban unos semáforos. Muchas tiendas parecían cerradas – en un martes. No lo pensé mucho. "Puede ser solo en esta zona", me decía. Pasa.

Dando la vuelta por una esquina, escuché a dos señores:

"Ya deben regalar los helados en este punto"

El punto en que realicé: Es algo más grande

Al acercarme a la "Avenida Alameda", una de las avenidas principales de Santiago, todo cambió.

El metro era afuera de servicio. Mucha gente, caminando en la calle. El ruido de bocinas. Buses tras buses, muchos etiquetados con: "Apoyo Metro" (reemplazando al metro), que era la frase más emblemática de ese día para mi.

Sin semáforos, unos cruces de la avenida estaban bastante caóticos. Carros tocando la bocina para que se los dejen pasar, unos lo estaban haciendo constantemente mientras YOLOeaban a traves los multitudes, como si dijeran "Ya basta, ahí vengo."

Entra la noche, entre la luz

En la noche, los bares (los que todavía estaban abiertos) usaban velas.

Entre las 10 y 11 PM, la luz regresó a unas partes de la ciudad. Tiendas se abrían. Se formaban filas para comprar alimientos.

Por las 11 PM, regresé a mi hotel, porque había un toque de queda. La luz todavía no se había regresado a mi zona, pero me fui a mi hotel de todos modos. Estaba cansado.

Estaba acostado en mi cama, listo para dormir, cuando escuché al "click" de nuevo: Encendiendo el ventilador y el foco. La luz se regresó a mi habitacíon.